John Fogerty celebra el rock de Creedence Clearwater Revival
Especial

El rock pareciera que es inmortal y aunque el género ya no goza de la popularidad de hace varios ayeres, las estrellas de diferentes tiempos de vez en cuando muestran sobre los escenarios que nacieron para ello y que seguirán comprometidos con ello, como lo hizo ayer John Fogerty.

El compositor trajo de vuelta por una noche el estilo primigenio del rock estadounidense con un set lleno de himnos

Creedence Clearwater Revival resucita

Originalmente un miembro de Creedence Clearwater Revival, el rockero de 80 años, recientemente pudo recuperar los derechos de sus canciones tras una disputa de más 50 años y no dudó en volver a los escenarios, pero junto a sus hijos y revivir sus temas no solo para el público sino para él, que disfrutó sonarlas con libertad en un escenario.

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La noche apuntó a ser de clásicos desde el inicio y tras una breve introducción en video, el rockero corrió al escenario y sonó Bad Moon Rising, seguida de Up the Bend, dos canciones que pusieron el ambiente desde un inicio.

 

El rockero tuvo una gran comunicación con su público en el Auditorio Nacional, que agotó las localidades y tras contar su odisea de ganar una batalla legal de 55 años gracias a su esposa, aseguró que iba a dar un paseo por todos los discos y así fue como inició Green River y Born on the Bayou.

"Compré esta guitarra en 1969, había escuchado sobre como estaban de moda entre los ingléses", contó Fogerty, que presentó una Rickenbacker Sunburst, a la cual le cambió la pastilla por un Hambucker de Gibson Les Paul, pero estuvo lejos de ella por mucho tiempo.

"Un día apareció un regalo debajo del árbol de navidad y cuando por fin pude abrirlo no podía creerlo, ahí estaba mi guitarra tras más de 40 años. Lloré como un niño. Es una guitarra especial para mí, compuse muchas canciones con ella, la usé en Woodstock, pero lo primero que compuse fue lo siguiente": dijo el rockero antes de interpretar Who'll Stop the Rain y Lookin' Out My Backdoor.

John Fogerty se desenvuelve durante la noche

La noche también se volvió un notable desfile de guitarras entre diferentes Gibson Les Paul de diversas eras, algunas acústicas con cuerdas de acero y por supuesto esa preciada Rickenbacker.

Los clásicos Lodi y Run Thru the Jungle también tuvieron una aparición esta jornada, pero las cosas se pusieron un poco más melancólicas para Fogerty luego de esto.

"En algún lugar del camino compuse esta canción para Julie y ahora la quiero tocar para ustedes", reconoció el rockero que cantó Joy of My Life junto a sus hijos.

The Golligows, banda previa a Creedence Clearwater Revival también pudo revivir vrevemente durante la noche "grabamos algunas canciones, que aunque no fueron tan exitosas, algunas sí eran bastante buenas", introdujo Fogerty Fight Fire.

Tras algunas canciones como Hey Tonight, Long As I Can Ser The Light y Keep on Chooglin', el escritor californiano se dio tiempo para volver a hablar con su público.

"Quiero agradecer a todos por apoyar mi carrera, por seguirla todos estos años y hacer que mis canciones sigan vivas. Viva México", declaró John, que de inmediato interpretó ese himno de las baladas de rock Have You Ever Seen The Rain.

Cotton Fields, Down on the Corner y Old Man Down Road, sonaron también con fuerza, pero fueron la introducción a un tema que representa a toda una generación, Fortunate Son.

Auditorio Nacional se prende con los clásicos


"It ain't me, it ain't me", fue coreada por todo el Auditorio Nacional y recordó algunas de las principales preocupaciones de aquella generación del rock de los 60 y 70, la protesta en contra de la Guerra de Vietnam, que envió a los jóvenes que no eran ricos ni hijos de políticos al frente de guerra.

Tras una brevísima pausa, el músico y sus hijos volvieron al escenario para "un par de canciones más para ustedes", que fueron Travelin' Band y por supuesto Proud Mary, obligada esta noche.

John Fogerty dejó en claro algo, al igual que los pocos sobrevivientes de su generación: que a los conciertos se va a escuchar música y a ver a los músicos ejecutarla, que los fuegos artificiales y las atracciones que comprometen a los artistas a volar con arneses, son meras frivolidades innecesarias y que dar todo con una guitarra, un amplificador y el corazón es toda la conexión que se necesita con los presentes.

Reportero de la sección Vida+ en el diario 24 HORAS. Enfocado en temas de cultura y entretenimiento, pero con intereses relacionados principalmente a la literatura, la música y el cine.