Las puestas en escena de ópera no son espectáculos tan comunes en México, pero a pesar de ello, han encontrado en las infancias un público prometedor y este año la asociación Pro Ópera trae por segunda ocasión su temporada de Ópera para Niños.
“No puedo decir si se ha aumentado o disminuido la asistencia de pequeños a este espectáculo porque apenas lo hemos hecho una vez.
“Fue el año pasado, pero de esa experiencia fui testigo de una gran afluencia de público joven, que desde luego es traído por sus padres, que es a quienes debemos apelar primero”, dijo Ricardo Calderón, Director Ejecutivo de Pro Ópera, en entrevista con este medio.
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En ese sentido, el funcionario es consciente de que existen muchas otras fuentes de entretenimiento que atraen más a los infantes como pueden ser los medios digitales, pero también reconoce que la curiosidad de estos mismos es un elemento fuerte para poder enseñarles algo diferente a la cotidianidad, razón por la que retomaron esta Temporada de Ópera Infantil, que hace poco más de un lustro se había dejado de lado.
“La decisión de asistir al teatro y explorar la ópera como una forma de diversión distinta plantea un reto significativo. Los padres son quienes tienen el poder de decisión, y nuestra tarea es difundir este tipo de propuestas, que son una puerta al arte y la creatividad”, explicó Calderón.
Creando conexiones
El atractivo visual y la conexión emocional con los niños son aspectos esenciales para mantener su interés.
“La ópera es un género dramático que cuenta historias universales, a menudo basadas en las virtudes y los vicios del ser humano. Con la música como protagonista, estas obras se convierten en experiencias inolvidables para los más pequeños”, afirmó.
La labor de adaptar obras complejas a un público infantil también fue discutida. “Aunque se trata de una ópera escrita hace más de un siglo, su música, inspirada en melodías populares, es muy accesible para los niños.
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El reto ha sido simplificar algunos elementos sin perder la esencia de la obra”, comentó Jorge Ballina, director de Hansel y Gretel.
Asimismo destacó el impacto transformador de llevar a los niños al teatro.
“He visto a pequeños salir tarareando las melodías de la ópera. Es una experiencia que siembra una semilla para futuros amantes del arte”, concluyó.
