Vivian Maier es una mujer que fascina por su misterio. Nacida el 1 de febrero de 1926 en Nueva York, de padres refugiados judíos, ella francesa y él austríaco, la fotógrafa norteamericana vivió prácticamente en el anonimato por casi 40 años. Trabajó por cuarenta años como niñera en la ciudad de Chicago, a la cual se mudó en 1956.
Luego de que su padre las abandonara a ella y a su madre, ambas vivieron un tiempo con la artista francesa surrealista Jeanne J. Bertrand, una pionera de la fotografía de la cual pudo nacer el deseo de Maier por experimentar con la imagen fija.
Con un legado de más de 100 mil negativos fotográficos, películas en súper 8 y cintas magnetofónicas que guardan conversaciones con extraños, su vida permaneció en la oscuridad hasta 2007, año en que el historiador y fotógrafo de 27 años John Maloof, adquirió, sin saberlo, cajas que contenían los negativos de Maier.