La creciente popularidad de los corridos tumbados o narcocorridos ha ido de la mano con una inquietante cercanía al crimen organizado, que ya alcanzó a artistas como Peso Pluma y Natanael Cano, dos de los máximos exponentes del género, a quienes presuntos grupos delictivos han mencionado en narcomantas colocadas en distintos puntos del país.
En el caso de Peso Pluma, incluso su sello discográfico, Double P Records, recibió alusiones directas, lo que generó una ola de especulaciones sobre posibles nexos o simplemente advertencias por parte de estos cárteles.
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Más recientemente, el grupo Los Alegres del Barranco se vio envuelto en polémica, luego de hacer una mención al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) durante uno de sus shows en vivo al mostrar el rostro de su líder en las pantallas de su concierto.
Las consecuencias no tardaron en llegar: las autoridades cancelaron su visa para ingresar a Estados Unidos, lo que les impidió presentarse en ese país y reavivó el debate sobre la responsabilidad de los artistas al referirse a figuras o grupos criminales desde los escenarios.
Interpretes mencionados
Además, no se trata de casos aislados, ya que narcomantas también mencionan a intérpretes del regional mexicano, ya sea por sus letras, por presentarse en zonas controladas por ciertos grupos o por supuestas relaciones con integrantes del crimen organizado.
Lo anterior ya es atendido por el Gobierno federal, quien la mañana de ayer presentó una propuesta titulada México Canta, un concurso que busca que estos géneros prevalezcan, pero que alejen sus letras de estos temas de violencia y crimen sin la necesidad de llegar al extremo de la censura.

Reportero de la sección Vida+ en el diario 24 HORAS. Enfocado en temas de cultura y entretenimiento, pero con intereses relacionados principalmente a la literatura, la música y el cine.