Durante la pandemia de COVID-19 en 2020, el mundo registró un descenso en las coberturas de los esquemas de vacunación y con ello el aumento en los casos de tos ferina a nivel mundial y en particular, en países de la región de las Américas.
En México, la Dirección General de Epidemiología de la Secretaría de Salud, emitió en días recientes una alerta por el aumento de casos en varios estados, en la que pidió a las autoridades sanitarias reforzar las campañas de vacunación y el monitoreo y registro de casos positivos y sospechosos.
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Aquí te contaremos todo lo que debes saber sobre este padecimiento que, hasta hace no mucho tiempo, se consideraba prácticamente erradicado.
¿Qué es la tos ferina?
Es una enfermedad de las vías respiratorias altas, causada por la bacteria Bordetella pertussis, es altamente contagiosa para todas las personas y particularmente peligrosa para bebés y niños.
Se caracteriza por una tos que aumenta gradualmente de gravedad hasta dificultar la respiración de quienes la padecen y una de sus principales características es que cuando los pacientes intentan respirar profundo durante un ataque de tos, emiten un silbido o sonido convulsivo desde el pecho.
En bebés, una infección por tos ferina puede causar incapacidad permanente e incluso la muerte, pues los ataques de tos interfieren con el proceso de respiración causando episodios de asfixia, vómito e incluso pérdida de la conciencia.
¿Cómo se contagia?
La tos ferina se contagia por el contacto con secreciones de personas contagiadas con la bacteria.
Cuando una persona con tos ferina tose, estornuda o habla, pequeñas partículas de saliva quedan esparcidas en la zona y viajan a través de aire, propagándose de una persona a otra con gran facilidad.
Los primeros síntomas de la tosferina aparecen generalmente, una semana después de estar expuesto a la bacteria; sin embargo, la etapa más grave de la enfermedad se presenta entre 10 y 12 días después.
Síntomas de la tos ferina
Los primeros síntomas de la tos ferina son muy parecidos a los de un resfriado común:
- Congestión nasal
- Escurrimiento nasal
- Estornudos
- Dolor de cabeza
- Dolor de garganta
- Tos
A partir de los 10 a 12 días del inicio de la enfermedad, la tos se presenta de forma más grave y violenta causando complicaciones en la respiración como la pérdida de conciencia por asfixia y episodios de vómito, principalmente durante la noche.
Otros síntomas de la tos ferina son:
- Fiebre leve que no mayor a los 38.9 grados.
- Diarrea
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Tratamiento
De acuerdo con la Secretaría de Salud, el tratamiento para la tosferina consiste en la administración de antibióticos, así como de fluidos por vía intravenosa, pues ante la severidad de los ataques de tos se dificulta la ingesta de alimentos y líquidos.
Los menores de 18 meses que contraen la enfermedad generalmente deben ser hospitalizados pues su condición requiere supervisión médica constante.
La vacunación es el principal método de prevención para evitar el contagio de tos ferina. En México, la vacuna pentavalente acelular protege a contra enfermedades como la difteria, tétanos, tos ferina, poliomielitis e influenza B y se aplica a los 2, 4 ,6 y 18 meses de edad.
Por otro lado, a los cuatro años se debe aplicar un refuerzo con la vacuna DPT que protege contra difteria, tétanos y tos ferina.
