El secreto sobre la muerte del músico Ozzy Osbourne finalmente salió a la luz y se trató de un paro cardiaco fulminante derivado de un infarto agudo al miocardio y complicaciones por Parkinson, según reveló el certificado oficial de defunción presentado por su hija Aimee.
El documento también menciona enfermedad coronaria avanzada y disfunción autonómica relacionada con el Parkinson como condiciones que contribuyeron al deterioro de su salud.
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El llamado Príncipe de las Tinieblas ya había compartido su diagnóstico en 2020 tras someterse a una cirugía por una caída que agravó viejas lesiones en la columna.
Adiós a una leyenda
Osbourne falleció el 22 de julio de 2025 en su residencia de Buckinghamshire rodeado de su familia. Días después miles de fanáticos se congregaron en Birmingham para acompañar el cortejo fúnebre y rendir homenaje al ícono del heavy metal.
Su última aparición pública ocurrió apenas unas semanas antes durante un emotivo concierto junto a la formación original de Black Sabbath.
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Por otro lado, a través de redes sociales su hija Kelly Osbourne compartió sus primeras palabras tras la pérdida. “Gracias de todo corazón. Realmente me ha ayudado a sobrellevar el momento más duro de mi vida”, escribió.
En otra publicación agregó: “El dolor te golpea en oleadas y no voy a estar bien por un tiempo”. También publicó la letra de Changes, canción que interpretó con su padre en 2003 acompañada del mensaje: “Estoy triste, perdí al mejor amigo que jamás tuve”, junto con una imagen de una corona de flores con la leyenda “Ozzy fucking Osbourne” como despedida final.