La industria de la moda debe ser capaz de dejar atrás el despilfarro y prepararse para cambios tan profundos como abandonar el cuero de animales, reivindica la modista británica Stella McCartney, que acudió como representante del sector en la COP26.
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«Creo que soy una de las pocas diseñadoras de moda aquí. Y tristemente somos una de las industrias más nocivas para el medio ambiente», explicó la hija del cantante Paul McCartney.
Stella empezó hace 30 años en el sector de la moda, es vegetariana y llegó a la industria dispuesta a no trabajar con artículos de cuero, y lo consiguió, a pesar del escepticismo inicial de sus colegas.
El museo y galería de arte Kelvingrove de la ciudad escocesa le rinde ahora homenaje con una instalación en la que se muestran los materiales que la firma McCartney trabaja desde hace años como el micelio, una materia directamente extraída de hongos, para reemplazar la piel, con la que se pueden fabricar zapatos o bolsos.
O el NuCycl, una tecnología capaz, según sus creadores, de reciclar infinitamente cualquier tipo de desecho textil, ya sea natural, como el algodón, o artificial, como el poliéster.
«Vine aquí para mostrar el futuro de la moda y demostrarles a todos simplemente que hay otra manera de hacer las cosas, utilizando tecnología y nuevas empresas jóvenes», indicó Stella McCartney, quien empezó a los 25 años como directora artística de Chloé y en casi tres décadas ha visto pasar una infinita colección de estilos, de ropa, de discursos.
«La gente se viste con ropa de moda un máximo de tres veces antes de tirarla. Y eso significa más de 500 mil millones de dólares de desperdicio. Para mí, eso es una oportunidad de negocios», asegura, desafiante.
Su firma de moda es una de las preferidas de las ‘fashion victims’. Y entre la audiencia en Glasgow se hallaban personalidades como el actor Leonardo di Caprio, conocido por su compromiso con la causa medioambiental.
LEG