Estados Unidos discutió con el gobierno de México su actitud solidaria con Chile tras el golpe de Estado en aquel país y el asesinato del presidente Salvador Allende, el 11 de septiembre de 1973.

 

En un primer informe enviado por la embajada estadunidense al Departamento de Estado (equivalente a Secretaría de Gobernación) al día siguiente del golpe, se hace un recuento de cómo reaccionó México ante la situación chilena, comenzando por la reacción del presidente Echeverría, quien lamentó los hechos sucedidos en Chile y ofreció asilo a la familia de Allende y a “cualquier persona de nacionalidad chilena, previa solicitud correspondiente, poniéndolos bajo la protección de la bandera mexicana”.

 

Posteriormente, en el cable diplomático se hace un breve comentario sobre la actitud de Echeverría: “La administración de Echeverría siempre ha apoyado firmemente al régimen de Allende […] es evidente que el presidente Echeverría siente que la opinión pública mexicana le apoyará en su actitud comprensiva hacia el régimen de Allende”.

 

En otro informe, fechado el 26 de septiembre de 1973, se relata una reunión con el secretario de Relaciones Exteriores, Emilio Rabasa, en la que el secretario afirmó -entre otras cosas- que el derrocamiento de Allende habría beneficiado al cubano Fidel Castro “porque los elementos izquierdistas en América Latina concluirán que la revolución es la una manera de lograr sus objetivos y las urnas serán desprestigiadas como medio para llegar a poder”. Además, Rabasa aclaró que las relaciones entre México y Chile se guiarían por la Doctrina Estrada (política mexicana de no intervención). Respecto a la concesión de asilo anunciada por Echeverría, Rabasa afirmó que esto era acorde a la política mexicana de asilo, aunque añadió que “la junta chilena le había hecho un favor a los mexicanos bloqueando la embajada, pues así no podrían entrar asilados adicionales”.

 

El documento añade que Rabasa afirmó que era lamentable que la gente asumiera la complicidad de Estados Unidos en el golpe: “Afirma que él (Rabasa) y Echeverría creen en las declaraciones hechas por los EU negando cualquier participación. Sin embargo, repitió que es imposible convencer a la gente de esto”.

 

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