La disminución de la capacidad auditiva afecta a 360 millones de personas en el mundo, de las cuales 32 millones son niños menores de 15 años. Un dato revelador si se considera que la audición es necesaria para que desde nuestra primera infancia desarrollemos intelecto y lenguaje, es decir, para nuestra interacción.

 

Estadísticas mundiales indican que 3 de cada 1000 recién nacidos padecen de sordera o hipoacusia, que es la disminución de la audición, en grados variables. Tener un diagnóstico oportuno puede ser la diferencia para alguien con problemas. Cuánto más tarde es, más serios serán sus efectos. Sobre todo para el desarrollo de los más pequeños.

 

Hoy cada vez más adultos pierden audición más temprano, reveló un estudio de investigación del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) Jalisco. Ello, al relacionar otros factores que inciden en ello, como la diabetes mellitus, hipertensión y dislipidemias. Un mal común entre los mexicanos.

 

En el país se detecta que la sordera que antes afectaba a personas a partir de los 60 años, ahora se presenta a los 40.

 

A ello se suma el ruido que afecta más a los trabajadores de zonas metropolitanas, principalmente la ciudad de México. “Los empleados capitalinos suelen trabajar en ambientes de hasta 80 decibeles”, señaló Liliana Silva, directora de Mercadotecnia de Grupo Xtra.

 

Por ello, tener una mayor atención para los más pequeños es vital. ¿Sabías que un problema de audición se puede detectar desde el primer día de nacido?. Los expertos indican que la edad ideal para detectarlos es antes de los 4 meses; ello para dar tratamiento oportuno y evitar secuelas auditivas y del lenguaje oral.

 

En México cada año nacen 4 mil niños con sordera. A partir de 2007 se publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF), el derecho del recién nacido a una detección oportuna de la sordera desde los primeros días de nacido. En octubre de 2011, el Senado aprobó una reforma a la Ley General de Salud que estípula la obligación de aplicar “la o las” pruebas de Tamiz Auditivo.

 

El problema surge cuando la pérdida de audición es de naturaleza progresiva y comienza a manifestarse en etapas posteriores del crecimiento del niño. Por ello, la asociación Clave (atención a la deficiencia auditiva) recomienda a los padres a observar las etapas críticas de sus pequeños, lo que puede orientarles y alertarles de una posible pérdida de audición.

 

Para ello es importante establecer pautas para la detección. El primer llamado es a desconfiar de la audición de tu hijo:

 

1. A los 8-12 meses el niño no vuelve la cabeza hacia los sonidos familiares o no balbucea.

 

2. A los 2 años no entiende órdenes sencillas sin apoyo visual.

 

3. A los 3 años no localiza la fuente del sonido y no es capaz de repetir frases.

 

4. A los 4 años no sabe contar lo que le pasa.

 

5. A los 5 años no puede mantener una conversación sencilla.

 

6. Dice «¿qué?”» con demasiada frecuencia.

 

7. Su falta de atención es frecuente y le cuesta concentrarse.

 

8. Pone la televisión a un volumen muy alto.

 

9. Orienta la cabeza hacia la fuente del sonido y mira fijamente a la cara cuando le hablan.

 

10. No entiende cuando se le habla desde otra habitación.