Un día como hoy pero de 1913 falleció José Guadalupe Posada caricaturista, impresor, ilustrador y grabador mexicano, una de sus obras más célebres es su dibujo “La Catrina“, el cual seguramente has visto y en repetidas ocasiones durante Día de Muertos.
¿Qué pasó ayer?: El inicio de un imperio, un día com hoy Walt Disney presentó al primer Mickey Mouse
En realidad la obra fue titulada “La Calavera Garbancera” y la inspiración para su creación fueron los vendedores de garbanzos quienes se cuenta trataban de ocultar sus raíces indígenas aparentando ser ricos a pesar de su humilde condición.
Su más destacada creación “la Calavera Garbancera”, bautizada por Diego Rivera como “La Catrina”. pic.twitter.com/WvLRZtIRBO
— Daniel Azaín (@DanielAzain) December 22, 2021
Como recordarás esta imagen muestra a una calavera con un lujoso sombrero lleno de plumas y flores.
Finalmente, pasa a la historia como “La Catrina” gracias a Diego Rivera, quién incluyó esta imagen en su mural “Sueño de una tarde dominical en la Alameda central”, en este también aparece plasmado Posada y aún lo puedes ver en el Museo mural Diego Rivera en el centro histórico de la CDMX.
La Calavera Garbancera de José Guadalupe Posada fue publicada por primera vez en 1913. El pintor #DiegoRivera la bautizó como #LaCatrina y aparece en su mural “Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central" de 1947. #DiaDeMuertos pic.twitter.com/goqathq43n
— Historia México (@historia_mexico) November 3, 2021
El grabador dedicó su vida a su talento y su extensa producción gráfica aún lo mantienen como uno de los grandes referentes de esta técnica.
Posada ilustró con gracia hechos políticos, crímenes, personajes de su contexto, accidentes, esqueletos y más, todo bajo una visión satírica y crítica del México de finales del siglo 19.
Un 20 de enero de 1913 Posada dejó este mundo y según el historiador Agustín Sánchez González lo hizo de una manera muy solitaria.
“Pareció no importar a nadie. El cadáver de don Lupe, cuya acta de defunción señaló alcoholismo como causal, salió de una vecindad marginal de Tepito con rumbo a las tumbas de sexta clase, las únicas gratuitas del panteón de Dolores. Ahí permaneció sin que nadie reclamara sus restos, quedando en el olvido en una fosa común, junto a decenas de calaveras del montón que, como él, fueron olvidadas”.
GR