La percepción de inseguridad en el país inhibe y afecta en mayor medida la actividad económica de pequeños negocios que, en su mayoría, se tratan de comercios familiares que ven mermadas sus ganancias ante la constante amenaza de delincuentes.
Además, en comparación con las grandes empresas, la recuperación se vuelve más difícil ante la falta de oportunidades.
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En el primer trimestre del año, el 66.2% de los mexicanos mayores de 18 años consideraron que es inseguro vivir en su ciudad, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana publicada el martes por el Inegi.
Dicha percepción ha generado que las ventas en pequeños comercios caigan alrededor del 15% en promedio, señaló Cuauhtémoc Rivera, presidente de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes.
El miedo de los consumidores a salir a la calle con dinero para realizar compras disminuye las ventas de los comercios locales. Y en algunos casos, la decisión de los comerciantes por cerrar más temprano para evitar ser víctimas de la delincuencia, también provoca bajas en sus ganancias.
“Comerciar en un ambiente de inseguridad, ni para el que vende ni para el que compra es favorable. La inseguridad inhibe la actividad comercial, no la promueve, la contiene”, dice a 24 HORAS el representante.
Roberto, dueño de una tiendita en el municipio mexiquense de Chimalhuacán, donde el 72.1% de los habitantes se sienten inseguros, comparte que para evitar ser víctima de la delincuencia mantiene “feíta” la fachada de su negocio para no llamar la atención, pues, agrega que son bien conocidos los asaltos en la zona para los comercios mejor acomodados.
“Yo prefiero que digan que estamos bien jodidos a que nos vengan a robar los malvivientes”, externa.
La inseguridad para los comercios locales puede representar la pérdida total de su patrimonio, además de que impide que haya una mayor inversión y productividad en las unidades económicas más pequeñas, considera Sofía Ramírez, directora de “México, ¿cómo vamos?”
En el caso de un robo total, el pequeño comerciante difícilmente se recuperará y tendrá que cerrar definitivamente su negocio, con pocas o nulas posibilidades para volver a abrirlo debido a la falta de oportunidades.
Ramírez explicó que generalmente los negocios pequeños acceden a financiamiento por medio de la familia o proveedores, y no del sector bancario o del Gobierno. Entonces, el negocio es el patrimonio de la familia.
“Ahí ya muere, o si esa empresa pierde el crédito de su proveedor porque le asaltaron todo el producto que tenía en la tienda, y ya no le vuelve a financiar el producto, la empresa quiebra y nadie se lo va a restituir”, expuso.
“No tenemos seguro porque es caro”
Alejandro, propietario de una estética en la alcaldía Cuauhtémoc, donde el 64.9% de sus habitantes se sienten inseguros, según el Inegi, comparte que le robaron efectivo y equipo de trabajo en un asalto, y que la parte más complicada es volver a iniciar.
“Nos dejaron sin nada y eso enoja porque no tienes cómo recuperar lo perdido. Tienes que volver a invertir, y como nosotros no tenemos seguro porque sale muy caro, pues hay que ver la manera en cómo volver a generar lo perdido”, señala.
“Decidí por cámaras de seguridad”
Tras un asalto a su tienda cerca del Eje 1 Norte, en la Ciudad de México, Gerardo optó por instalar cámaras de seguridad para sentirse un poco más protegido.
“Para evitar que volviera a ocurrir, decidí poner cámaras y desde ese momento no he tenido ningún otro problema. Cuando ocurrió el asalto no tenía seguro ni nada, así que perdí mucho dinero, pero poco a poco fui recuperando”, dice.
LEG