La iglesia católica de Nicaragua denunció que la policía detuvo el domingo a un sacerdote por causas que desconocen, en lo que representa un aumento en la tensión entre esta institución religiosa y el gobierno del presidente Daniel Ortega.
La diócesis de Siuna, que atiende las parroquias del Caribe norte de Nicaragua, informó en redes sociales del arresto del “presbítero Óscar Benavidez, párroco de la parroquia Espíritu Santo de Mulukukú“, uno de los municipios de la Región Autónoma del Caribe norte.
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“Desconocemos las causas o motivos de su detención, esperamos que las autoridades nos mantengan informados”, demandó el obispado.
El Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) indicó por su parte en Twitter que conoció “a través de distintas fuentes” que el párroco Benavidez “fue sacado de su vehículo y llevado en una patrulla con rumbo desconocido”.
Hasta el momento, ninguna autoridad ha confirmado o desmentido la detención del sacerdote.
La diócesis de Siuna fue una de las primeras en solidarizarse con la situación del obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez, a quien la policía le impide salir de su residencia, junto a otras 10 personas, desde el 4 de agosto pasado.
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Álvarez, de 55 años, había denunciado días antes el cierre de cinco emisoras católicas por parte de las autoridades y demandó al gobierno respetar la “libertad” religiosa.
La policía informó que la diócesis de Álvarez es investigada por intentar “organizar grupos violentos” e incitar al “odio” para “desestabilizar” al país.
La investigación contra el religioso ocurre en medio de las tensas relaciones que la iglesia católica tiene con el gobierno de Daniel Ortega desde las protestas opositoras de 2018, cuando varios templos abrieron sus puertas para refugiar a los manifestantes heridos y a los que huían de la represión policial.
Ortega, quien ostenta la presidencia de Nicaragua desde 2007, acusa a la iglesia católica de ese país de apoyar las protestas de 2018, a las que considera un “golpe de Estado” fallido.
El sandinista ganó las elecciones de 2021 para conseguir así su cuarto mandato consecutivo, no sin antes acusar, detener y procesar a más de 40 personajes opositores, entre ellos siete aspirantes a la presidencia, bajo la acusación de un complot para derrocarlo.
La Organización de los Estados Americanos (OEA) condenó el viernes pasado a Nicaragua por lo que consideran “el hostigamiento” a la iglesia católica y la persecución de la prensa y las oenegés, además de exigir al gobierno de Ortega la liberación de presos políticos.
Con información de AFP
CITA:
Hemos sabido de la detención arbitraria del sacerdote Óscar Benavides Dávila (…) Según informaciones fue sacado de su vehículo y llevado en una patrulla con rumbo desconocido.
Centro Nicaragüense de Derechos Humanos
CITA
Las altas autoridades de la iglesia católica (…) están intentando organizar grupos violentos e incitándolos a ejecutar actos de odio
Policía Nacional de Nicaragua
LEG