Durante 2022, el robo de vehículos de distribución a grande y pequeña escala ascendió a dos mil 062 unidades, lo que significó un aumento anual de 20%, de acuerdo con datos de la Asociación Nacional de Empresas de Rastreo y Protección Vehicular (ANERPV).
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El robo de vehículos de distribución de mercancías representa costos adicionales a las empresas, las cuales, al implementar estrategias de seguridad y de reparación de las pérdidas repercuten en los precios finales de sus bienes.
“Tradicionalmente la mercancía no llega a donde debía de llegar originalmente, a la tienda, a los abarrotes, tenemos que invertir más, el doble de recursos para mandar la misma mercancía que debió de haber llegado y eso obviamente requiere de más combustible, de más horas hombre, de más uso del tracto, entonces, eso encarece la mercancía”, indicó David Román, presidente de la organización.
“El robo particularmente es un disparador de la inflación porque la mercancía que se roban y que circula en mercados alternativos son una forma de hacer disturbio en el mercado”, dijo al señalar que la mercancía robada y comercializada en precios bajos termina siendo un factor que incide en los precios finales del mercado formal.
Datos de la ANERPV muestran que durante 2022 se dio el robo de mil 580 vehículos de carga de más de tres y media toneladas, lo que significó un aumento de 337 unidades respecto a 2021. En términos porcentuales, el robo de vehículos pesados subió 27% entre 2021 y 2022.
En tanto, el hurto de vehículos ligeros empleados para la distribución de mercancías, tales como las camionetas tipo van que abastecen para las entregas a domicilio de los pedidos que se realizan vía comercio electrónico, así como las que abastecen a los pequeños comercios, subió 1.04%.
En 2021, la asociación registró el robo de 477 vehículos ligeros con sistemas de rastreo, y para 2022 subió a 482, una diferencia de apenas cinco unidades.
Anteriormente, los empresarios ya han señalado que la inseguridad incide en los altos precios que tienen que pagar los consumidores, ya que se tratan de costos que las empresas no pueden cubrir por sí mismas.
Hace unas semanas, en un análisis de Citibanamex sobre la situación económica de México, se señaló que aunque la mayor parte de las presiones inflacionarias durante 2022 provinieron del exterior (disrupciones en las cadenas de suministro, el conflicto en Europa del Este y los confinamientos en China), de manera interna las sequías y la inseguridad también incidieron en la inflación.
“La inseguridad también jugó cierto rol, al aumentar los costos incurridos por las empresas relacionados a la protección y a la pérdida de mercancías”, se lee en el documento correspondiente al análisis del cuarto trimestre de 2022.
En agosto de 2022, la inflación general anual se ubicó en 8.70%, su nivel más alto desde diciembre de 2000 cuando alcanzó un nivel de 8.96%. Y aunque para noviembre pasado, descendió a 7.80%, aún se mantiene lejos de la meta del 3% de Banxico.
El presidente de la ANERPV agregó que adicionalmente al robo de las mercancías y su trascendencia en los precios finales, cuando se llega a dar el hurto de los vehículos y no se recuperan –en el 25% de los casos con sistemas de rastreo–, las unidades entran al mercado secundario de autopartes, representando una competencia desleal a la comercialización de partes automotrices de fábrica.
En 2022 las entidades del Estado de México, Jalisco, Puebla, Guanajuato y Veracruz concentraron el 68% de los atracos reportados.
LEG