Desde el esqueleto de una casa tradicional hasta los restos de sus estudios en China, destruidos en “castigo” por su disidencia, el artista Ai Weiwei explorará la “demolición” del pasado en pos de la modernidad en una gran exposición en Londres.
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“La demolición, o la destrucción, o la pérdida de la memoria cultural es uno de los grandes temas de esta exposición”, aseguró ayer Justin McGuirk, comisario de Ai Weiwei: Making Sense” (construir sentido) durante la presentación de la muestra que el Museo del Diseño de Londres abrirá al público del 7 abril al 30 de julio.
“Para mí, el modo de utilización de un edificio o una estructura es una evidente declaración política”, explicó el artista en un vídeo grabado desde el estudio en Portugal donde trabaja actualmente.
Así, la exposición incluirá National Stadium, recopilación de fotografías tomadas entre 2005 y 2007 mientras participó en el diseño del conocido como Nido de Pájaro para los Juegos Olímpicos de Pekín 2008.
Otra obra, titulada Left Right Studio Material (2018) recogerá los fragmentos de esculturas rotas recuperados tras la demolición de sus dos estudios en Pekín y Shanghái por las autoridades.
“Soy probablemente el único artista de nuestra historia cuyos principales estudios fueron destruidos por el mismo gobierno y todavía no tiene ningún sentido por qué tenían que hacerlo, a parte de querer hacer algo para castigarme”, aseguró Ai en el vídeo.
“Pero castigarme por qué, como artista están castigando el individualismo, la libertad de expresión. Castigan a cualquiera que intente plantear una pregunta o un argumento sobre su legitimidad”, agregó.
Explicó haber guardado los fragmentos por considerarse a sí mismo como “parte de una imagen más amplia” de desaparición de los objetos fabricados a mano y reemplazados por artículos de manufactura industrial.
“En un sentido somos más avanzados” pero en otro “perdemos las emociones, la sensibilidad, el tacto, la textura, el olor, la forma de las cosas hechas a mano”, asegura el artista.
La muestra se abrirá con el fantasmagórico esqueleto de la casa del siglo XVIII de un mercader chino de la dinastía Qing, que Ai compró cuando iba a ser demolida y cuyas viejas maderas pintó con brillantes colores industriales.
Y estará concebida a modo de viaje histórico. Comenzará con cientos de miles de herramientas de piedra fabricadas en el neolítico y adquiridas durante décadas por Ai en pequeños mercadillos chinos donde pese a su valor histórico eran vendidas por precios irrisorios.
Y terminará con sus más recientes creaciones a partir de “miles de piezas de Lego, que Weiwei recogió de donaciones del público, en un momento en que Lego no le vendía porque las utilizaba para hacer obras bastante políticas y no querían que se les asociara con eso”, explicó McGuirk.
Incluirá desde un homenaje a los miles de niños muertos en el derrumbe de sus escuelas durante el terremoto de Sichuán en 2008 hasta la escultura de una simple percha, único objeto que Ai pudo llevar consigo a la cárcel “para colgar su camisa”.
La muestra incluirá varias obras nuevas creadas para la ocasión y otras nunca antes vistas en el Reino Unido, avanzó Tim Marlow, director del Museo del Diseño de Londres.
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