Las secretarías de Agricultura a través de la Comisión Nacional de Zonas Áridas (Conaza), y de la Defensa Nacional (Sedena) alistan el programa de Estimulación de Lluvias en el Sistema Cutzamala, en un área de impacto en las presas Cutzamala, Valle de Bravo y El Bosque, con el objetivo de mitigar los efectos de la sequía en el Valle de México.
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El proyecto se aplicará del 28 de marzo al 7 de mayo e inició este lunes con la instalación de equipos y ubicación de reactivos con los que se trabajará en el polígono que comprende Estado de México y parte de Michoacán, con una cobertura de 438 mil 809 hectáreas.
Ya se tuvo una primera reunión de trabajo de Agricultura-Conaza con personal del Estado Mayor Conjunto de la Defensa Nacional y de la Fuerza Aérea Mexicana y se establecieron las coordenadas del polígono a impactar y se supervisó la aeronave a utilizar.
El programa, que busca combatir los efectos de la temporada de sequía e incrementar en 25 por ciento la captación de agua de lluvia, opera con la colaboración de una aeronave King Air 350i de la Fuerza Aérea Mexicana.
El químico recursivo se compone de partículas de yoduro de plata y acetona, para su aspersión en las nubes presentes del área establecida para la precipitación pluvial.
Este es el tercer año de operación del programa de Estimulación de Lluvias, con 250 vuelos y una efectividad del 25 a 45 por ciento mayor de precipitación de lluvias, en beneficio de productores agropecuarios de zonas desérticas en el norte del país.
Es importante señalar que el proceso de aspersión de partículas milimétricas de yoduro de plata y acetona no causa ningún impacto ambiental, ni contaminación al agua dada su composición de sal y mineral.
La tecnología aplicada desde el año 2020 retoma el desarrollo de hace más de 40 años iniciada por el agrónomo Manuel Menéndez Osorio.
A partir de 2013 se reinicia el proyecto con mejoras sustanciales a la fórmula química y se libera el proyecto a partir del año 2019.
El proyecto inició en 2021 para impactar un millón de hectáreas en una región de Baja California con resultados significativos, lo que alentó a establecer en el verano de ese mismo año proyectos en las zonas desérticas de Sonora, Sinaloa, Chihuahua y un proyecto compartido para los semidesiertos de Coahuila, Durango y Zacatecas.
LEG