Este domingo 21 de enero, miles de personas marcharon en toda Francia contra una controvertida ley migratoria que, que según ellos, consagra la victoria ideológica de la extrema derecha.
De acuerdo con datos del Ministerio del Interior de Francia, se movilizaron en todo el país unas 75,000 personas. El sindicato CGT, uno de los organizadores de la movilización, señaló que para la marcha de este fin de semana acudieron más de 150,000 manifestantes.
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Los participantes buscaban presionar al Ejecutivo, que podría promulgar rápidamente el texto aprobado a mediados de diciembre por el Parlamento, salvo que sea censurado por el Consejo Constitucional en una decisión anunciada para el 25 de enero.
Más de 160 marchas estaban planeadas para este domingo, incluyendo una en París, que reunió a 16,000 personas según la policía y a 25,000 de acuerdo a la CGT.
“Esta ley representa una ruptura con los principios franceses en vigor desde 1789 sobre el derecho del suelo y desde 1945 sobre la universalidad de la protección social”, declaró la secretaria general de la CGT, Sophie Binet.
“Formamos una misma sociedad, sin nosotros, el país no funcionaría, somos nosotros los que nos levantamos a las cinco de la mañana para ir a trabajar en la construcción, para sacar la basura”, apuntó Mady Cissé, un senegalés de 59 años.
Los convocantes, entre ellos numerosas personalidades del mundo de la cultura, piden al presidente de Francia, Emmanuel Macron, que no promulgue la ley.
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“Esta ley es un descarrilamiento hacia la extrema derecha política y en el fondo hacia la preferencia nacional, lo que no encaja con nuestros principios fundamentales y constitucionales”, declaró el exdefensor de los Derechos Jacques Toubon, presente en la manifestación parisina.
El texto incluye varias medidas controvertidas, como dificultar el acceso a las prestaciones sociales, establecer cuotas migratorias o restablecer el “delito de residencia ilegal”.