En una decisión inusual, medios israelíes reportaron que el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, aceptó la propuesta de Ben Gvir de restringir la entrada de palestinos a la mezquita de Al Aqsa en Jerusalén durante el Ramadán.
Al Aqsa es considerado de los lugares más sagrados del Islam y el Ramadán es uno de los meses más sagrados del calendario.
Se espera que este periodo de ayuno, oración, reflexión y comunidad, se realice entre el 10 de marzo y el 9 de abril. El primer viernes de Ramadán cae el 15 de marzo y el último el 5 de abril.
Especialistas y organizaciones estiman que si no se permite la entrada a Israel y la oración en la mezquita de Al Aqsa, puede crear disturbios antiisraelíes en el mundo árabe que también podrían tener un alto impacto.
Desde el inicio de la guerra entre Israel y Hamás el 7 de octubre, los enfrentamientos entre las fuerzas israelíes y los palestinos en Cisjordania aumentaron.
El conflicto que continúa en el sur de la Franja de Gaza con bombardeos de parte de Israel, también aviva la violencia en esta zona ocupada, donde las fuerzas israelíes mataron a dos palestinos de 19 y 36 años, según el Ministerio de Salud de la Autoridad Palestina.
CISJORDANIA
El jefe de la diplomacia de la Unión Europea, Josep Borrell, aseguró ayer que la situación en Cisjordania ocupada constituye un gran obstáculo para obtener una solución a largo plazo para la paz entre Israel y los palestinos.
“Cisjordania está en ebullición (…) podríamos estar en vísperas de una explosión mayor”, añadió.
Unos 490 mil israelíes viven en Cisjordania, territorio ocupado por Israel desde 1967, en decenas de asentamientos ilegales según el derecho internacional. Los colonos viven junto a unos 3 millones de palestinos en el territorio.
Los palestinos consideran que las colonias israelíes son un crimen de guerra y un obstáculo mayor para el plazo, pero muchos nacional-religiosos estiman que vivir allí es cumplir una promesa divina.
El conflicto en Gaza estalló el 7 de octubre tras el ataque de Hamás en el sur de Israel, que dejó unos mil 160 muertos, en su mayoría civiles, según un recuento basado en datos oficiales israelíes.
En respuesta, Israel lanzó una ofensiva que ya ha dejado 28 mil 985 muertos, en su mayoría mujeres y menores, según el Ministerio de Salud de Hamás.