En el marco de la 37 Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil (FILIJ), se inauguró ayer el XIX Seminario Internacional de Fomento a la Lectura en el auditorio de la Biblioteca Vasconcelos, el cual abordará cómo la literatura puede sensibilizar sobre temas que son una realidad en México y el mundo.
El seminario, titulado De mundo en mundo, de libro en libro. La migración en el libro infantil y juvenil, se abrió con la participación de Marina Núñez Bespalova, directora general de Publicaciones de la Secretaría de Cultura federal, y Daniel Goldin, director de la referida biblioteca.
A través de un comunicado la Secretaría de Cultura, Núñez Bespalova señaló que escritores, promotores y maestros tratarán temas como la migración desde la perspectiva de la creación, la circulación, la producción editorial, la promoción y la mediación lectora.
Por su parte, el escritor español Gonzalo Moure, quien inauguró el seminario con su charla Los hilos cortados en la emigración, compartió la forma como se dio cuenta que debía escribir sobre lo desconocido.
“Fue al conocer a una niña que me dijo que estaba escribiendo una novela e incrédulo le pregunté sobre qué trataba, esperando escuchar una trama similar a la de El Señor de los anillos o Harry Potter, pero ella me dijo que era sobre una niña que todos los días al acudir a la escuela encontraba que su maestra estaba llorando”, contó.
Al preguntarle a la niña por qué escribía esa historia, ella le respondió: “No lo sé, por eso es que escribo la novela. Y en ese momento me di cuenta que me había dado la gran lección de mi vida, que yo había escrito siempre sobre cosas que conocía y que me hacía falta escribir sobre otras cosas”.
Entonces recordó la idea que tenía de realizar un libro sobre alguna historia que se desarrollara en el desierto del Sahara y, tras escuchar a la niña, compró su boleto para viajar a esa región.
“Ahí me encontré con mi primera historia en el desierto, creo que la literatura sale de la vida y se cristaliza con ello. Encontré a una niña sordomuda que vivía en una casa muy humilde con cabras y un camello recién nacido, y quien con lenguaje de señas me dijo que creía que el camellito bebé hablaba”, abundó.
*edición impresa 24 Horas
caem