Poder, manipulación y control han coronado el proyecto del llamado Tren Maya. Nada importó al Gobierno federal el ecosistema de selva tropical húmedo prístino, el cual es catalogado como el último más importante de mesoamérica. Sin duda, habrá impactos irreversibles a la riqueza en biodiversidad.
Pobladores, conservacionistas y expertos advirtieron con oportunidad que las consultas a las comunidades fueron a modo, y no se les dio información. Se les vendió un paraíso, se impuso la idea de que se abatiría la pobreza y la desigualdad con este proyecto, como por arte de magia.
Recordemos que en diciembre pasado, el plan del Tren Maya fue aprobado por 93 mil 142 indígenas (92.3% de los votantes), según lo reportaron las autoridades, y ello dio pauta para que recientemente el Gobierno anunciara el plan de construcción.
Hasta la Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH) estableció que la consulta sobre el proyecto no cumplió con los estándares internacionales de derechos humanos en la materia.
Entre varias observaciones que hizo, destacan que sólo se hizo referencia a los posibles beneficios y no a los impactos negativos, y que las personas expresaban su conformidad como una vía para recibir atención a necesidades básicas como agua, salud, educación, o trabajo, lo que afectó el carácter libre del ejercicio.
Las obras están perfiladas para iniciar el 30 de abril próximo, en los primeros dos tramos: Palenque-Escárcega y Escárcega-Calkiní. Los otros dos tramos restantes: Calkiní-Izamal e Izamal-Tulum, empezarán los trabajos de construcción el 18 y 25 de mayo próximos, respectivamente.
Aunque habrá una modificación, pues en las zonas arqueológicas ubicadas en el polígono de Cobá, Quintana Roo, por problemas con el subsuelo se tendrá que mover la ruta para regresarla a su esquema original. En junio pasado, se informó que la ruta del tren tendría un recorte de 55 kilómetros para lograr un ahorro de 5 mil 500 millones de pesos, y se planteó que iría de Valladolid-Cobá-Tulum y Cancún, pero ese trazo fue desechado. Y ahora se anunció que se buscarán nuevos esquemas de ahorro y que se mantiene aún una inversión total de 139 mil millones de pesos.
El hábitat del jaguar, entre otras especies que están en riesgo de extinción, estará amenazado por la inminente deforestación que apunta hacia la Reserva de la Biósfera de Calakmul (patrimonio mundial) y la Selva de Chiapas.
Coincido plenamente con la comunidad científica que ha dicho que proyectos de infraestructura de este tipo no traerán los grandes beneficios económicos a los pobladores o comunidades indígenas, sino por el contrario, los empleos se detonarán para la gente de otras entidades que llegará a los futuros polos turísticos que presume traerá el Tren Maya. Un ejemplo lo tenemos con Cancún, que generó nuevos y grandes cinturones de pobreza en el perímetro del gran polígono de desarrollo.
¿Realmente habrá ese gran cambio que prometen las autoridades de la 4T? Consideramos que no, ese modelo no resolverá de fondo el problema de la pobreza y la desigualdad. Sin duda, los mayores beneficiados serán otros actores institucionales y corporativos como las grandes cadenas de promoción turística.
La ruta del Tren Maya pasará por Tabasco, Campeche, Yucatán, Quintana Roo y Chiapas, donde se encuentran 40 municipios, y el crecimiento de la mancha urbana impactará más de lo previsto. Ya nadie detendrá la expansión, que será acelerada, y que por lo regular siempre viene acompañada por destrucción del hábitat natural. Máxime ahora que tenemos a unas autoridades de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) desarticuladas y dóciles al Poder Ejecutivo.
¿Entonces por qué la necedad de llevar el proyecto por ecosistemas de alta importancia para el país y el planeta? ¿Por qué no impulsar mejor un proyecto productivo participativo y sustentable para las comunidades indígenas como lo proponen los expertos, pero fuera de las zonas protegidas?
Qué lamentable que nuestra riqueza natural y cultural quede en manos de los políticos. Ya lo veremos.
@Habitat_ARamos