Cada día se lavaban más de 11 millones de dólares en las sucursales de HSBC en Culiacán, Sinaloa, territorio del cártel del Chapo Guzmán.

 

De acuerdo con los documentos presentados por el Departamento de Justicia de Estados Unidos ante la corte federal de Brooklyn, Nueva York, en contra de HSBC, en enero de 2008 sólo 312 clientes, muchos de ellos establecidos en Culiacán, Sinaloa, realizaron 32% de los depósitos en efectivo administrados por el banco en México.

 

En la narración de hechos realizada por las autoridades, HSBC México envió a Estados Unidos un total de cuatro mil 100 millones de dólares depositados en efectivo o mediante transferencias electrónicas hasta noviembre de 2008.

 

Es decir, el banco enviaba a Estados Unidos una cantidad equivalente a 11 millones 232 mil dólares diarios específicamente de estas sucursales.

 

“Los dólares depositados en México eran transferidos a varios exportadores ubicados en Nueva York y en otras ciudades de Estados Unidos, que compraban bienes para empresas colombianas. Estos bienes eran enviados directamente por los exportadores a los negocios en Colombia”, detalló el Departamento de Justicia de dicho país.

 

Como informó ayer 24 HORAS, la Administración Federal Antidrogas (DEA) señaló a HSBC Bank USA como la favorita de los cárteles debido a sus controles laxos en materia de flujo de efectivo en sus sucursales, específicamente en las mexicanas, que llevó a que la institución no monitoreara adecuadamente la transferencia de más de nueve mil 400 millones de dólares mediante su negocio de compra de dólares, de 2002 a 2010.

 

En el desglose de los informes, se detalla cómo el banco británico lavó más de 881 millones de dólares del cártel de Sinaloa en México y del Norte de Valle proveniente de Colombia.

 

Estos depósitos fueron realizados como parte del negocio de compra de efectivo de HSBC, que llegó a controlar 60% de este mercado a nivel global.

 

En los documentos se detalla que HSBC Group y HSBC México eran consientes de los riesgos de lavado de dinero al hacer negocios con dólares en el estado de Sinaloa, lugar en donde opera el cártel de Sinaloa.

 

“En 2007, HSBC Group se enteró de lo que denominó en los correos de sus empleados como el ‘gran plan de blanqueo de dinero’, ejecutado por empleados de HSBC México y directivos de varias sucursales en el estado de Sinaloa”, dice el documento.

 

Después de enterados, HSBC México cerró todas las cuentas implicadas en este esquema y despidió a los empleados involucrados.

 

“Sin embargo, las sucursales de HSBC México continuaron aceptando depósitos en dólares estadunidenses en el estado de Sinaloa”.

 

Y es que según el documento, las autoridades en México no actuaron rápidamente ante estos focos rojos.

 

“Los ejecutivos de negocios de HSBC en México rechazaron en repetidas ocasiones las recomendaciones de su propio comité de Cumplimiento”, dice el documento.

 

Hasta que en julio de 2007 uno de los ejecutivos de cumplimiento con mayor rango llamó la atención del presidente de HSBC México en ese entonces:

 

“El comité de Cumplimiento no puede aceptar este tipo de riesgos sólo porque alguien le escribe una carta agradable. Se tiene que tener firmeza. Se necesitan un poco de ‘cojones’. Hemos visto esta película antes y termina mal”.

 

En total, de 2006 a 2008 HSBC México exportó más de mil millones de dólares en efectivo desde el estado de Sinaloa a HSBC Bank en EU.

 

Las autoridades estadunidenses detallaron que a pesar de las advertencias de autoridades mexicanas, hechas a finales de 2007 y a principios de 2008, HSBC México exportó más dólares físicos en 2008 que en cualquier otro año; en total se contabilizaron más de cuatro mil 100 millones de dólares.

 

Cantidad que cesó después de que las autoridades mexicanas dieron aviso de este posible riesgo.

 

“Finalmente, después de que la CNBV expresó su preocupación directamente con el CEO de HSBC Group en noviembre del 2008, México dejó de aceptar depósitos físicos de dólares”, agrega el informe.

 

Afirma que México fue el primer país en adoptar esa medida y que después los reguladores emitieron nuevas reglas consientes de estas prácticas.