LONDRES. Nada es exactamente igual en el Reino Unido después de descubrirse que el yihadista John, el criminal más buscado del mundo, es Mohamed Emwazi, un londinense de 26 años que se graduó en la Universidad de Westminster.
El gobierno británico, que ha detenido en las últimas semanas a jóvenes británicos por intentar abandonar el país para unirse a las filas del Estado Islámico, anunció combatirá el extremismo islamista a través de la promoción de los “valores” del país y obligará a los religiosos con responsabilidades pastorales a hablar inglés al tiempo que se reducirá la financiación de servicios de traducción y se aumentará la destinada a la enseñanza del inglés.
Esas son algunas de las medidas presentadas por la ministra de Interior, Theresa May, como parte de un plan de lucha contra el extremismo en general y el islamista en particular.
“Se acabó el juego. No toleraremos más su comportamiento”, advirtió May a aquellos que rechacen cooperar.
Entre las medidas recogidas en ese plan, el gobierno creará una oficina independiente que evaluará si los órganos comunitarios que operan en este país de acuerdo a la Sharía (ley islámica) son compatibles con la legislación británica.
El gobierno también lanzará una campaña para promover los “valores británicos”, al tiempo que las fuerzas del orden tendrán más poderes para investigar delitos relacionados con el honor, la mutilación genital femenina o los matrimonios forzados.
Asimismo, los inmigrantes que lleguen a este país con permisos de estancia limitados deberán firmar una declaración en la que se comprometen a “respetar los valores británicos”.
El pasado año, la ministra de Educación británica, Nicky Morgan, ya advirtió de que seis colegios privados musulmanes del este de Londres iban a ser clausurados si no cambiaban sus métodos de enseñanza ante el riesgo de que sus responsables estuvieran transmitiendo a los alumnos ideas extremistas.
Las autoridades aseguraron que en uno de esos colegios investigados los alumnos no distinguían la diferencia entre la Sharía y la ley británica..
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