Los dos juegan a sus otros datos.
En México, durante el sexenio pasado, el jefe del Estado anulaba sus propias declaraciones con una frase histórica:
-Yo tengo otros datos.
Pero Donald Trump está peor: él desconoce su propia firma, estampada en noviembre de 2018 en el acuerdo también bautizado por él como Tratado México, Estados Unidos y Canadá.
El T-MEC.
Ahora ya no le gusta.
Y es su nueva arma para presionar al gobierno de Claudia Sheinbaum, para imponer su voluntad y sacar ventaja de su potencial económico, militar y sobre todo comercial.
Por esa vía espera influir directamente en la política interior, a fin de quitar cuanto a él no le agrade, aun cuando lo aprueben los poderes dominantes por el morenismo, el Ejecutivo y el Legislativo.
Es el caso de la reforma judicial, a la cual ha puesto por ahora al centro de la discusión rumbo a las negociaciones de dicho tratado, de acuerdo a su amigo, cuasi representante personal y presidente de la American Society, Larry Rubin.
CINCO AMAGOS… Y NADA
Varios han sido los amagos de Donald Trump.
En su primer período, cuatro veces amenazó con imponer aranceles a México -entonces habló de 30 por ciento en promedio- si no se contenía el flujo migratorio.
Obtuvo con López Obrador una barrera de 28 mil soldados por el Suchiate –“México va a pagar el muro y no sabe cómo”, decía- y todo se conjuró con Marcelo Ebrard como canciller.
Hoy, por segunda ocasión como Presidente, ha pospuesto esta vez su propósito de castigar con 25 por ciento las exportaciones mexicanas y canadienses desde febrero.
Pero no ha fallado en militarizar la frontera.
Poco le atemorizó la reacción anunciada por el entonces candidato López Obrador en San Pedro, Coahuila, en abril de 2018: poner a miles de mexicanos como carne de cañón.
Dijo:
“… sería una cadena humana de mexicanos por la paz para buscar un entendimiento con el Gobierno de Estados Unidos…”.
No se hizo y por el contrario se respondió con la militarización al sur de México; hoy hay doble muro, al sur y al norte.
LA REPÚBLICA DESECHA
1.- Hoy hace dos años se rompió la República.
La flamante presidenta de la Corte, Norma Piña, no se puso de pie al llegar Andrés Manuel López Obrador al Teatro de la República y se acabó la comunicación entre Poderes de la Unión.
Luego vino como reacción la reforma judicial, la eliminación de los ministros no afines al régimen y por eso en la ceremonia de hoy sólo estarán las ministras leales, Loretta Ortiz, Yasmín Esquivel y Lenia Batres.
Los restantes siete ministros no, por irrespetuosos.
2.- Capufe asegura no haber roto el compromiso de López Obrador de no cobrar peaje en el tramo carretero Barranca Larga Ventanilla, en Oaxaca.
Se respetó “desde la inauguración el 4 de febrero de 2024 hasta el final de la pasada administración”, más un par de meses.
Bueno, pero sí se cobra, como señalamos ayer aquí.
Y 3.- Los mexicanos recibieron ayer una buena noticia.
Podrán ver la transmisión de los Juegos Olímpicos hasta 2032 en televisión abierta a través de TelevisaUnivision.
Esa empresa binacional adquirió los derechos audiovisuales exclusivos, confirmó el Comité Olímpico Internacional.
@urenajose1
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