La convocatoria de la Asamblea Feminista Juntas y Organizadas del estado de Veracruz que surgió bajo el lema «El nueve ninguna se mueve», está logrando la empatía de instituciones académicas, gobiernos locales, legisladores de todos los partidos, iniciativa privada y medios de comunicación.

 

Incluso, en una primera reacción natural, Beatriz Gutiérrez, esposa del Presidente Andrés Manuel López Obrador, también se sumó a la iniciativa en la que se propone a todas aquellas mujeres que puedan hacerlo, no ir a trabajar o a la escuela, no hacer algún tipo de compra y tampoco hacer labores del hogar, con el fin de visibilizar su importancia en la vida económica de nuestro país.

 

Sin embargo, unas horas más tarde, la señora Gutiérrez cambió su postura y propuso no sumarse al paro, salir a trabajar y apoyar a su esposo, López Obrador, quien por cierto, descalificó la propuesta al decir que detrás de ella estaban algunos de sus adversarios conservadores, politizando así un movimiento auténtico, genuino construido por mujeres, para las mujeres.

 

¿Cómo puede una convocatoria que ha sido respaldada por los poderes Legislativo y Judicial, Universidades, sociedad civil, iniciativa privada y sociedad en general, ser en contra de una persona?

 

No señor Presidente, no se equivoque, no todo en este país gira en torno a usted.

 

En medio del hartazgo por el incremento de la violencia en contra del sexo femenino y la ola de feminicidios registrados en el último año, no se puede descalificar una iniciativa impulsada por las afectadas.

 

Hacerlo es tanto como decir que las mujeres no tenemos la capacidad de organizarnos por nosotras mismas para alzar la voz y gritar unidas un ¡Ya basta!

 

El nueve ninguna se mueve es una opción para expresar la inconformidad de miles de mujeres por el acoso, el miedo, los comentarios morbosos, las miradas lascivas, la falta de oportunidades, la misoginia y el machismo.

 

No hay obligación alguna en participar, pero descalificar el movimiento por creer que es en contra de una persona, no demuestra más que falta de empatía y sensibilidad ante las miles de desaparecidas y muertas en México.