El caso de la bacteria Klebsiella oxytoca que causó la muerte de al menos 17 bebés en hospitales en México subraya una falla constante de hace varios años en los sistemas de salud: la falta de información clara y constante en las alertas sanitarias por efectos adversos en medicamentos y en dispositivos médicos.

Debido al proceso en sí mismo de los medicamentos, los efectos que tienen sobre las personas no son iguales. Depende de cada organismo y de su contexto. Por eso hay ensayos previos antes de la aprobación de las medicinas, y también hay un proceso llamado “vigilancia farmacológica”, en el caso de los medicamentos, y “tecnovigilancia” respecto de los dispositivos médicos, que son todas esas cosas que están en contacto con nuestro cuerpo (prótesis, implantes, injertos y otros aparatos médicos).

Los procesos de vigilancia funcionan así: cuando un paciente tiene un efecto no esperado por un medicamento o dispositivo, se establece un protocolo que avisa al sistema de salud (y a los de otros países) que algo no anda bien con el medicamento.

Puede ser desde reacciones adversas a un grupo de población, efectos a largo plazo que no se vieron en el laboratorio o fallas debido al manejo en particular de un lote o compra en un sitio.

Conocer todos los efectos que podría tener un medicamento, un dispositivo o algo relacionado con la medicina debería ser un derecho para la ciudadanía en general. Lo destacable aquí es que la información es pública, pero al mismo tiempo es complicada de consultar y de dar seguimiento por fallas en el sistema de salud, por una parte, y por conveniencia de las farmacéuticas, por la otra.

Un grupo de personas que tiene efectos secundarios por un medicamento pueden no enterarse hasta que en internet encuentran grupos de apoyo donde comparten síntomas. Fue el caso de mujeres con implantes de mama o personas con prótesis de cadera que tuvieron que saber por las redes sociales que algo andaba mal.

En el caso de los bebés, según lo que han dicho las autoridades, no es una falla generalizada, pero la falta de información y la imposibilidad de sistematizar los efectos y las causas complica mucho evitar que se repita una tragedia.

Según un comunicado del Gobierno federal, la Cofepris, emitió una alerta sanitaria para inmovilizar los lotes de nutrición parenteral, estas bolsas de alimentos que se aplicaron para el tratamiento de los bebés. Pero el anuncio no trascendió hasta que el número de pacientes fallecidos ya era grande.

Caminar a ciegas en procesos y tratamientos médicos es una constante en los expedientes médicos en el país. Buscar información por cuenta propia tampoco es sencillo, explorar la página de la Cofepris donde están los avisos de reacciones adversas de tecnovigilancia solo lleva a avisos de dispositivos hasta 2018.

Y aquí la duda genuina: ¿quién ayuda a quienes buscan información por temas médicos? Es importante tener una ruta simple que despeje dudas sin aumentar el número de víctimas.

 

   @Micmoya