En los últimos años, las autoridades han puesto especial énfasis en difundir las detenciones que se han realizado durante los operativos conjuntos de la Guardia Nacional, la secretaría de Marina, la secretaría de la Defensa. Pero, ¿qué tanto han ayudado a todas las detenciones a evitar que se cometan más delitos?
No estoy tratando de demeritar los esfuerzos de ninguna de las corporaciones. Tampoco de los trabajos de inteligencia de las policías de investigación. Detener y poner a disposición de las autoridades a quienes infringieron la ley es indispensable para iniciar la construcción de un proceso con justicia.
Pero las detenciones no son el único paso, después de estas debe haber un proceso legal que debería llegar a una impartición de justicia. Una reparación del daño, alguno que ayude a la sociedad a procesar tantos duelos.
Me refiero a que necesitamos un juicio ejemplar que efectivamente nos dé la sensación de que la conducta no se va a repetir. Y no necesariamente hablamos de personas en la cárcel sino que las estructuras criminales dejen de funcionar y de regenerarse después de que caiga una cabeza.
Para usar una de las últimas detenciones importantes como ejemplo: el sábado se dio a conocer oficialmente que la Guardia Nacional, la secretaría de Defensa, la Marina con ayuda del Centro Nacional de Inteligencia detuvieron a José Gregorio N. Las autoridades aseguran que es responsable del reclutamiento y del adiestramiento de personas para un grupo criminal.
A José Gregorio N lo siguió durante un tiempo en el estado de Jalisco y después en su traslado a la Ciudad de México donde lo detuvo mientras estaba en Cuajimalpa.
Las autoridades anunciaron más detalles ayer sobre la detención. Y quizás la esperanza de las familias y de la sociedad en general es que con su detención podremos ir avanzando en una construcción de un modus operandi. Sabremos cómo se estructuran las células o al menos cómo están reclutando a los jóvenes y prevenir algunas de estas actividades.
Pero no estoy seguro si con la detención de una persona estamos resolviendo el tema de fondo de los centros de reclutamiento, los puntos clandestinos, el problema de las desapariciones.
En 2024, según el informe de la misma Guardia Nacional, se detuvieron a 10 mil 69 personas, de las cuales 2 mil 704 fueron puestas a disposición del ministerio público federal y 2 mil 476 al ministerio del fuero común. El resto cometieron faltas administrativas.
Las cifras suenan abundantes, y las detenciones se han vuelto tan frecuentes como cotidianas y creo que a la ciudadanía nos da un poco igual escuchar que detuvieron a tres o a 20. Porque aún no tenemos claro exactamente cuáles fueron los impactos en los delitos, en las bandas desmanteladas.
Y aquí viene la duda genuina, ¿qué tranquilidad trae a la gente cada una de las detenciones? Será tarea de los ministerios públicos y de las fiscalías hacer que tomen un sentido y que verdaderamente se trabaje en garantizar la justicia.
@Micmoya
