Bien dicen que no hay plazo que no llegue ni fecha que no se cumpla. El 21 de diciembre, día esperado por muchos y temido por otros tantos, llegó, y tal parece que las predicciones sobre un “apocalipsis maya” quedarán en mera anécdota.
Investigadores de diversas instituciones y países han asegurado en incontables ocasiones que en el calendario maya no se describe ninguna profecía apocalíptica, sino la culminación de un ciclo y el comienzo de otro.
Y es que la idea del “final de los tiempos” siempre ha estado en la mente del ser humano, advirtiendo fechas catastróficas para el planeta que, en su mayoría, han quedado registradas como erróneas.
“Detrás de los modos como el hombre ha interpretado e invocado las mayores catástrofes se encierra un dato preclaro: la idea misma de catástrofe sugiere siempre un cambio por mutación”, describe Ignacio Padilla en su libro ‘La industria del fin del mundo’
Quizás lo que singularice a este “fin del mundo”, agregó Padilla, es que se trata de uno de los más importantes que han cobrado auge tras la revolución de las comunicaciones.
En lo que va de este siglo se han vaticinado tres catástrofes de magnitudes apocalípticas. La primera de ellas para el primer minuto del milenio, con el famoso efecto Y2K, que se pensaba destruiría todos los sistemas computacionales dejando al mundo envuelto en un caos; después, en 2003, debido a una revelación sumeria se pensó que un planeta ajeno al sistema solar impactaría con la tierra, sin embargo esto nunca sucedió. Es por ello que la destrucción del planeta se aplazó para otro día, que coincide con el fin del calendario maya, este viernes.
PREDICCIONES ERRADAS
De acuerdo a estudios realizados por múltiples centros de investigación -el Centro de Estudios Mayas (CEM) de la UNAM, entre ellos-, los mayas no describieron una profecía apocalíptica en su calendario, sino el término de un ciclo equivalentes a cinco mil 125 años, que a su vez marca el inicio de otra etapa en el mundo.
De acuerdo con José Luis Murra, escritor y estudioso de esta cultura mesoamericana, lo primero que hay que entender de ellos es que sus cuentas calendáricas estaban basadas en los ciclos de rotación del sol, ya que lo veían como el responsable de la vida y la sustentación en este rincón del universo
“Para los mayas, el 21 de diciembre de 2012 representaba la apertura de un nuevo ciclo en la evolución del sol; a través de su ciencia eran capaces de vislumbrar el carácter que iba a definir una era. El ‘quinto sol’ (en el que actualmente vivimos) lo definieron como una época difícil y violenta, y actualmente se buscan indicios que lleven a comprender el carácter de este ‘sexto sol'”, explicó.
El investigador aseguró que hay una corriente de pensamiento que habla de ésta como una época mejor para la humanidad, en la que la comprensión, el entendimiento y la convivencia armónica con todo el orden natural que rige a lo humano, significan el verdadero cambio.
En el libro ‘The order of the days’, el investigador David Stuart, de la Universidad de Austin, Texas, define a las visiones sobre el 2012 como “las últimas manifestaciones de una idea profundamente arraigada en el imaginario popular, que ve a los pueblos mesoamericanos y los ‘misteriosos’ mayas como algo exótico”.
Sin embargo, Stuart asevera que “una gran parte de las predicciones del fin del mundo y las ideas radicales sobre el 2012 dicen mucho más acerca de las tensiones que impregnan a nuestra sociedad y cultura, que algo sobre los antiguos mayas”.
MOMENTO DE REFLEXIÓN
Ignacio Padilla subrayó que éste es uno de los fines del mundo más interesantes a los que nos hemos enfrentado, debido a que dice mucho de nuestra culpa y temores con respecto a nuestra relación con el universo natural.
“El 21 de diciembre de 2012 tiene todavía mucho qué decirnos. Lo que ha pasado antes de esa fecha, pueda pasar ese día y lo que suceda después, debe de estar en el centro de nuestra atención por ser una ficción de la colectividad, y es que es en las ficciones donde nos mostramos tal cual somos”, apuntó.
A ello, Murra agregó que la visión apocalíptica de esta fecha surge más que nada del miedo por el que estamos atravesando en nuestra era: “Estamos luchando contra severas crisis existenciales en nuestra sociedad, la más importante es sin duda la climática, la cual está afectando seriamente los patrones naturales del planeta”.
Es por ello que la importancia de esta fecha está en la reflexión ambiental en torno al daño que, como especie, estamos causando al planeta, ya que, explica el autor de ‘El Sexto Sol’, aunque la civilización siga bajo sus mismos patrones de crecimiento desmedido, llegará el momento en el que el planeta se va a resistir.
“El recrudecimiento de tormentas, terremotos y erupciones volcánicas, va a marcar el cambio de la humanidad, el cual se dará después de darnos cuenta de que necesitamos sostener el equilibrio ecológico en el planeta para vivir de mejor manera y, así, garantizar nuestra supervivencia”, subrayó.
Así pues, este singular punto en la historia del tiempo debe significar, más allá del temor por el Apocalipsis o la anécdota de un falso fin del mundo, un llamado de atención ante los acontecimiento naturales que han devastado varias poblaciones alrededor del mundo, y es que la explotación del planeta y el cambio climático que conlleva es, sin duda, la mayor amenaza contra la existencia del ser humano en la Tierra.