En su primer discurso con motivo del Día del Maestro, y también el primero en un acto oficial, Juan Díaz de la Torre se refirió a la politización de la educación que, dijo, estigmatizó a los docentes y al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE).
Se culpó al gremio de los problemas en el sistema educativo, señaló en su intervención, previa al mensaje del presidente Enrique Peña Nieto en la tradicional ceremonia-desayuno en la residencia de Los Pinos.
Díaz de la Torre aprovechó la celebración para pedir a la sociedad un voto de confianza para los maestros, pero fue más allá al señalar que el sindicato deberá transparentar sus procesos internos y encontrar la forma de comunicar sus propuestas.
El presidente del Consejo Sindical para el Fortalecimiento de la Educación Pública habló durante unos 16 minutos; fue la primera vez que lo hizo en un acto oficial desde que hace tres meses asumió la dirigencia del SNTE y dos desde el espaldarazo de Peña Nieto.
Frente al micrófono, Díaz de la Torre hizo manifiesto su respaldo a la reforma educativa, aunque dejó claro, como lo hizo en su momento Elba Esther Gordillo, la preocupación por ciertos aspectos de la misma.
“El SNTE nunca se ha opuesto a la reforma. Fuimos de sus principales promotores (...) Manifestamos sí, una preocupación legítima con relación a los derechos laborales de nuestros compañeros”.
No obstante, subrayó que los maestros colaborarán para concretar la reforma que, confía el magisterio, protegerá los derechos de todos los trabajadores.
Concluido el mensaje de Díaz de la Torre, tocó el turno al presidente Peña Nieto. Durante el discurso de 18 minutos del mandatario, el dirigente sindical no dejó de mover las manos y sólo de cuando en cuando le dirigió la mirada. Con cierta inquietud, se llevó las manos a la cara, se frotó el rostro, bebió agua y tosió.
Media hora antes la imagen era otra: Díaz de la Torre intercambiando comentarios con el Presidente durante el desayuno servido a los 400 docentes en la explanada Francisco I. Madero de la residencia oficial. Ambos sonreían, asentían con la cabeza y manoteaban en señal de afirmación.
En ese lapso pocas palabras cruzaron con el secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza; el secretario de Educación Pública, Emilio Chuayffet; la diputada y dirigente de la sección 36, Lucila Garfias, todos ellos sentados en la misma mesa.
Incluso, cuando el Presidente se levantó para presentar el timbre postal conmemorativo del Día del Maestro, invitó al dirigente sindical a levantarse con él y el resto de los funcionaros, a pesar de que no estaba previsto en el programa.
Peña Nieto reiteró lo dicho: los derechos de los docentes están protegidos con la reforma, y aseguró ante los docentes que mienten quienes dicen que la educación se privatizará.
Sus palabras no tranquilizaron al dirigente magisterial, quien se limitó a sonreír a quienes lo saludaron al concluir el evento. Mientras, el Presidente se tomaba fotografías con las maestros que le salían al paso y a gritos pedían una imagen para el recuerdo; atrás del mandatario Díaz de la Torre y Emilio Chuayffet lo seguían antes de perderse los tres entre los pasillos de Los Pinos.