La ciudad de Los Ángeles, emblema multicultural y bastión progresista en la costa oeste de Estados Unidos, se ha convertido en el epicentro de una ofensiva política sin precedentes impulsada por el presidente Donald Trump. Las redadas migratorias del pasado fin de semana y el posterior despliegue de la Guardia Nacional transformaron sus calles en un escaparate de lo que analistas consideran una “agenda autoritaria” en plena consolidación.
“El gobierno federal está utilizando a Los Ángeles como muestra de fuerza para implementar un proyecto transformador en lo político, económico y social”, advierte el sociólogo y defensor de derechos humanos Néstor Fantini, residente en la ciudad. Según el experto, estas acciones responden a una lógica ya anunciada en el llamado “Proyecto 2025”, una hoja de ruta que contempla la reestructuración profunda del aparato estatal estadounidense.
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REDADAS, PROTESTAS Y MILITARIZACIÓN
Los enfrentamientos comenzaron el viernes, luego de redadas realizadas por agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), que derivaron en la detención de al menos 56 personas, incluidos 40 mexicanos. Las operaciones, descritas por testigos como arbitrarias y violentas, desataron una oleada de manifestaciones que fueron respondidas con la militarización del centro angelino.
Para el jefe de la Casa Blanca, los manifestantes “son insurrectos y agitadores profesionales”. Desde su red social, Truth Social, amenazó con usar más fuerza si continuaban las protestas. Pero lejos de disuadirlas, sus palabras avivaron la indignación.
Por su parte, el gobernador de California, Gavin Newsom, acusó al magnate republicano de “causar el caos intencionalmente”, luego de desplegar tropas sin consultar a las autoridades locales, algo que no ocurría desde 1965. En paralelo, el fiscal general del estado, Rob Bonta, anunció una demanda contra el gobierno federal. Calificó la decisión de movilizar a la Guardia Nacional como “ilegal” y advirtió que esa medida pisotea la soberanía estatal. “Las protestas se habían disipado y las calles estaban tranquilas antes de que Trump interviniera”, dijo. Para Bonta, la intervención federal no buscó restablecer el orden, sino provocarlo.
UNA NARRATIVA CON TINTES AUTORITARIOS
Por su parte, el politólogo e internacionalista José Luis Valdés Ugalde coincidió en que el despliegue militar representa “una afrenta a la soberanía de California”, ejecutada sin consulta previa y con un claro contenido represivo. “La narrativa de Trump es discriminatoria y se encamina hacia acciones autoritarias contra población civil desprotegida”, señaló. Aunque condenó los actos violentos de algunos grupos radicales infiltrados en las protestas, recalcó que el grueso de la movilización ha sido legítima y pacífica.

Valdés Ugalde advirtió que las redadas ya han sentado un peligroso precedente en todo el país, con una cuota diaria de 3,000 detenidos impuesta a las agencias migratorias. “Trump está incumpliendo su promesa de enfocarse en personas con antecedentes penales. Detiene a toda persona con situación migratoria irregular, lo cual representa una grave afrenta al proceso político estadounidense”, explicó.
Fantini coincide: “Se trata de generar miedo, un temor que se multiplica y afecta incluso a la economía de la región”. El objetivo declarado por el presidente es deportar a más de 11 millones de personas indocumentadas, una meta que —según el académico— no solo es logísticamente inviable, sino profundamente deshumanizante. “Las víctimas no son criminales. Son personas comunes, trabajadores, niños, estudiantes. Han sido demonizadas por años y hoy son el blanco de una maquinaria represiva”, advierte.
MÉTODOS QUE EVOCAN REGÍMENES TOTALITARIOS
Los operativos incluyen irrupciones en casas, lugares de trabajo, escuelas y cortes judiciales. Muchos agentes no se identifican, algunos van enmascarados y otros usan vehículos sin distintivos. Para Fantini, este modus operandi “recuerda a los regímenes totalitarios”.
Las Naciones Unidas también alzaron la voz, advirtiendo sobre “una mayor militarización” de la situación. La alcaldesa Karen Bass pidió evitar generalizaciones, al señalar que los disturbios estuvieron limitados a unas pocas calles. No obstante, los mensajes pintados en edificios federales y los restos de vehículos incendiados reflejan un descontento que va más allá del centro de la ciudad.
Para Valdés Ugalde, esta coyuntura revela un patrón de gobierno donde la militarización deja de ser una medida excepcional para convertirse en un instrumento regular de control social. “Se está aterrorizando a la población. La Guardia Nacional representa una amenaza a la estabilidad social y política. Trump está echando gasolina al fuego”, advirtió.
Además, consideró que la ofensiva migratoria forma parte de una estrategia más amplia: desmantelar políticas sociales, perseguir opositores y atacar a universidades y medios de comunicación. En paralelo, señaló que esta escalada también busca distraer la atención de los múltiples fracasos de su gobierno: desde el conflicto con Elon Musk hasta su errática política exterior. “Trump busca tapar el sol con un dedo, pero esto puede tener como consecuencia una oleada aún mayor de represión”, añadió.
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UNA DEMANDA QUE PODRÍA ESCALAR
En el plano legal, Valdés Ugalde explicó que la demanda del estado de California podría escalar hasta la Suprema Corte, dado que se argumenta una violación constitucional. Un fallo favorable a la demanda pondría a Trump en una posición comprometida, aunque el proceso será lento y el daño ya está hecho. “La tragedia es que se ha legitimado el uso de la fuerza como herramienta política”, concluyó.
Con un 50% de población latina, Los Ángeles no parece dispuesta a rendirse. “Esta es una ciudad de inmigrantes —dice Fantini— y la resistencia ya comenzó. La gente seguirá expresando su oposición, espero que de forma pacífica, pero con claridad. No estamos ante una crisis migratoria, sino ante una crisis de poder”.

Editor de la sección Mundo en el diario 24 HORAS. Egresado de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, con experiencia en redacción, traducción y proyectos editoriales en medios de comunicación.